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El fin de las largas horas de estudio en el colegio o preuniversitario

29

de junio

2017

El fin de las largas horas de estudio en el colegio o preuniversitario

Especialistas recomiendan que la mejor forma para estudiar, es dejar de lado las titánicas sesiones en las aulas escolares o de los preuniversitarios, por una opción más efectiva, corta y exitosa. Preutech te cuenta cuál es.

¿Quién no lo vivió? Muchos actuales profesionales, al momento de recordar su época escolar y universitaria, lo primero que señalan es verse junto a rumas de libros, decenas de taza de café, bebidas colas o muchas bebidas energizantes, ya que era común las largas horas de estudio que se venían. La mayoría sostienen que al final, esto resultaba más perjudicial que beneficiosas, porque lo único que lograban era minar el ánimo y estado físico del estudiante de turno, hecho que al final pasaba la cuenta sí o sí. Hoy, al parecer esto se terminó.

Así lo señalan un buen número de especialistas en educación, que analizando profundamente generaciones de estudiantes, han llegado a la conclusión pasar horas y horas devorando libros y materias, no es el mejor recurso ni asegura que lo que allí se aprenda, al otro día quede en nuestra memoria. Por ello, con el fin de evitar el cansancio físico y mental producto de querer asimilar el máximo posible de conocimientos supuestamente adquiridos en muchas horas de estudio, los teóricos del sector señalan que hay que entender que es mil veces mejor tomarnos tiempos delimitados para ello, donde la comprensión y la asimilación real de dichos conocimientos sea el verdadero resultado. Por ello,  y pensando en sus alumnos, Preutech te entrega algunos simples consejos que ayudarán a sincronizar cuerpo y espíritu en pos de un mayor y mejor rendimiento académico.

La fórmula perfecta

Estudia en sesiones de veinticinco minutos. En vez de pasar horas y horas sumergiéndose en apuntes y libros en el colegio o en el preuniversitario, que nada asegura que quedarán en nuestra cabeza, los expertos señalan que la mejor forma de lograr el punto más alto de atención hacia lo que se estudia, es invertir en ello no más de veinticinco minutos por cada sesión. Muchos estudios sostienen que las personas que aprenden más rápido es porque son capaces de manejar y mantener su concentración durante un breve pero productivo periodo de tiempo.

Aprende diferentes técnicas de lectura. Comprender un texto, clasificarlo y diferenciarlo de otros suele ser una de las tareas claves a la hora de aprender cualquier cosa. El skimming y el scanning son dos técnicas de lectura que permiten coger grandes cantidades de texto y abordar su contenido sin tener que ir línea por línea. El Skimming es básicamente pasear la vista por encima del texto captando palabras sueltas aquí y allá. La idea es captar la primera línea de cada párrafo. El Scanning por su parte, es detenerse línea tras línea cogiendo una breve noción de lo que se expone en el texto. El truco está, sin embargo, en coger varias palabras clave e irlas buscando mientras se realiza este proceso. Identificar y subrayar las tres palabras clave, es señal que se está asimilando lo estudiado. Una buena tarea para el preuniversitario.

Si no puedes explicarlo, no lo has entendido. La mejor forma de comprobar si lo que estamos estudiando lo hemos comprendido e internalizado, es simular ser un profesor que estamos dictando cátedra al respecto. Si podemos dar una breve clase magistral de 10 minutos, entonces es señal de que estamos por el buen camino. Esto sirve tanto para reforzar el conocimiento de lo que sí sabes, como para identificar qué partes no acabas de tener del todo claras.

Entiende cómo funciona la memoria. Una cosa es clara: la memoria humana es muy compleja y está dividida en varios tipos y funciones. Por ello, aprovechar su modo visual es fundamental para poder estudiar de la mejor forma.Por eso, lo más útil es encontrar un método gráfico para tomar apuntes que mejor se adapte a nuestras necesidades. Lo más recomendable, es utilizar conceptos clave y crear un pequeño cuento o breve argumento con ellos, da igual lo absurdo que sea. Ponerlos en orden y relacionarlos es lo que hace que se activen las áreas específicas del cerebro relacionadas con la memoria.

La práctica suele ser mejor que la teoría. Este punto básicamente tiene que ver con la destreza para poder exponer y explicar lo aprendido, casi sin darnos cuenta realizando cualquier tipo de actividad práctica relacionada con los mismos. De hecho, esta es la forma con que se les enseña a los niños. Lamentablemente, en institutos y universidades, se privilegia más la memoria que la acción lúdica, por ello mucho de las frustraciones académicas que allí ocurren.Hacer redacciones n le preuniversitario, resolver problemas, escribir un breve ensayo, esquematizar o simplemente ordenar términos en orden alfabético son procesos que ayudan tanto a la memorización como a la relación de conceptos, al aprender.

 El poder del sueño. Aunque no lo creas, cuando estamos dormidos es cuando más trabaja nuestro cerebro.  En esta etapa es cuando oníricamente relacionamos conceptos, ideas y teorías y las transformamos en lo que los expertos llaman “imágenes latentes”, a través de las cuales internalizamos lo que estamos aprendiendo. Un excelente consejo es que antes de dormir, hagamos una breve lectura de repaso de no más de diez minutos, y nos entreguemos a los brazos de Morfeo. Es muy probable que en algún minuto de nuestros sueños, todo lo que hemos estudiado nos vuelva a visitar en forma mágica, interrelacionado temas y materias que nos harán programar de forma más poderosa estos conceptos en nuestro cerebro, para sí poder aplicarlos en el preuniversitario.

Es un aporte más de Preutech. Con Preutech llega lejos!!!.