CONSEJOS IMPERDIBLES ANTES DE RENDIR LA PSU
La mejor forma para enfrentar el temido examen para ingresar a la universidad, pasa por contar con buenos hábitos de estudio, alimenticios y un control físico y mental que permita rendir una óptima prueba.
A pocos días de enfrentar la que para muchos jóvenes es la “la gran prueba de su vida”, sin duda alguna el estado anímico con que enfrenten la PSU influirá sí o sí en el resultado. Si el postulante ha invertido tiempo y ganas en una buena preparación, no tendría porqué irle mal. En este sentido, los buenos hábitos son una de las claves para encarar la prueba en óptimas condiciones. A ojos de todos los expertos, donde no hay una opinión distinta entre educadores, médicos y sicólogos, no existe una “receta mágica” para abordar la etapa de preparación de la PSU. Toda persona “es un mundo”, por lo cual lo mejor que se aconseja, es generar las instancias precisas para lograr contar con óptimo estado anímico para enfrentar este examen, donde aprender de las experiencias de otros que han dado la prueba con antelación, siempre será recomendable.
Lo primero es tener claro que la PSU es quizás una de las pruebas más importantes en la vida de todo alumno, por lo cual los buenos hábitos de vida y estudio son fundamentales para pavimentar el camino hacia el éxito. Quién pretenda casi por magia o el azar que le vaya bien, teniendo un estilo de conducta en todos los planos displicente, desordenado, carente de toda regla y usufructuando una ilusa inteligencia o buena memoria, está completa y absolutamente equivocado. Así no le va a ir bien en esta prueba. Y menso en la vida.
Comer, dormir y ejercitarse
Una buena alimentación saludable, un correcto descanso y un periódico ejercicio físico influyen sin lugar a dudas en el rendimiento escolar. El desayuno es especialmente importante en este proceso, ya que como el cerebro necesita glucosa para funcionar; el ayuno no es recomendable. Y menos aún para el día del examen. Eso sí, se recomienda mantener la rutina y la cordura y no “irse al chancho”, tomando desayunos pantagruélicos, que lo único que logrará es hacernos sentir mal. Después de todo, no es gracioso que en medio de la prueba se tenga que pedir permiso para ir al baño en forma urgente, tras el concierto de sonidos de tripas o los indeseados retorcijones de guata, producto de lo copioso de un desayuno demasiado pesado.
Por ello, para este día, se aconseja llevar una colación liviana y agua, para esa intensa jornada, en la que tenemos que estar más despiertos que nunca. Lejos de lo que pueda creerse, más que cafeína, la propuesta de los expertos para este día es cenar liviano la noche anterior, ojalá dos horas antes de ir a la cama y dormir unas ocho horas al menos. Evitar el café, el alcohol y las bebidas energéticas, son una excelente forma para enfrentar esta prueba.
Los nervios, son parte del juego
El descanso está también entre las recomendaciones para evitar los nervios el día de la PSU. Si bien mantener “cierto grado de nerviosismo» es hasta ventajoso, ya que ayuda a estar mejor concentrado, entrar en una suerte de pánico puede bloquear al postulante y marcar la diferencia entre el éxito o fracaso al momento de brindar la PSU. No hay que olvidar que rendir este examen, es un período de «grandes cambios» entre los jóvenes, donde cierran su etapa escolar y aceptan la incertidumbre de tener que tomar decisiones.
En este sentido, además del descanso, se recomienda preparación y organización tanto del examen en sí como del contexto. También, es altamente aconsejable contar con planes de acción ante escenarios imprevistos. Preguntarse ¿qué haré si me va mal?, forma parte del plan B que todos debieran diseñar para ponerse en todos los planos.
Planificar una rutina que genere un hábito, es la clave
Esa preparación y organización genera confianza y tranquilidad en el estudiante. Para conseguirla, hay que planificar de manera «personalizada», una rutina, con momentos de estudio, actividades de ocio y descanso.
El tiempo, horarios y lugares deben ser cómodos para el estudiante, aunque se aconseja dormir entre siete y ocho horas diarias, respetar los ciclos naturales de sueño (no luz) y vigilia (luz) y tener espacios físicos aptos para el estudio. Es importante resaltar la necesidad de dormir adecuadamente, pues el cerebro fija durante el sueño lo aprendido durante el estudio.
Además, dentro de esta rutina tiene que quedar tiempo para compartir con familiares y amigos las preocupaciones y temores que sienten los jóvenes. Escucharlos, reflexionar con ellos y orientarles para definir técnicas y estrategias con las que enfrentar las dificultades. Obstáculos que no terminan el día del examen. Más bien comienzan, pues después llegará el momento de elegir la carrera profesional. Una elección que, sin embargo, no es irreversible y en al cual podemos tener segundas, terceras y hasta cuartas oportunidades.
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